En un escenario judicial favorable al trabajador, sobre todo en caso de accidentes, los juicios crecieron hasta un 50% en 2010.
Los empleadores tienen serios problemas para ganar los juicios laborales: según los abogados del rubro, la proporción en el área metropolitana es de sólo un 10%. Y esto en los litigios por despidos y "solidaridad" (reclamos de un empleado subcontratado a la contratista primaria), ya que con los accidentes laborales el porcentaje es casi nulo.
Por este escenario favorable al empleado, los especialistas afirman que en 2010 se iniciaron entre 25 y 50% más de causas que en 2009 en el área metropolitana: unos 5.000 expedientes mensuales. Según dicen, el problema para los empleadores es que no existe un Código Laboral Nacional (cada jurisdicción tiene sus normas), que cada juez puede interpretar libremente las leyes y que hay "una tendencia judicial pro trabajador".
Causas
El abogado laboral Ramiro Salvochea, del estudio homónimo, explicó que los empleadores sólo pueden ganar los juicios si ocurrieron actos suficientemente relevantes (inasistencias injustificadas, ilícitos, etc.) porque "no se puede despedir sólo por ineficiencia".
En este tipo de juicios, el abogado laboral Carlos María del Bono (del estudio Severgnini, Robiola, Grinberg & Larrechea) explicó que el empleador debe acreditar que la causal de despido tuvo "entidad jurídica suficiente" (ser suficientemente grave) y "contemporánea" a través de testigos y legajos (con viejas notificaciones por incumplimientos, cartas documento, etc.).
Salvochea aseguró además que una de las tendencias actuales en los juicios por despidos es alegar "discriminación", una figura "en donde puede encuadrarse casi cualquier cuestión" y que "encarece la indemnización porque suma el daño moral". Según el jurista laboral Fernando Cortés, del estudio De Diego & Asociados, este recurso es muy usado en cuestiones sindicales: muchos despedidos alegan ser gremialistas para que los reinstalen o indemnicen.
En el otro gran grupo que integran los juicios laborales, los de accidentes de trabajo, los abogados coinciden en que los empleadores no tienen casi chances de ganar.
Además, no existe un tope indemnizatorio para reclamar porque, explicó Salvochea, "la Corte declaró inconstitucional un artículo que impide demandar al empleador si ya se cobró la cobertura de la ART".
Por otro lado, una tendencia en aumento es enjuiciar a los directivos (y no sólo a la empresa) porque, según Cortés, "se considera que son ellos quienes deciden". Por eso está subiendo también la contratación de seguros D&O (Directors and Officers Liability Insurance), que cubren a directores y gerentes ante eventuales demandas.
Montos inciertos
En este escenario, los empleadores no sólo tienen pocas chances de ganar un juicio, sino que es incierto el monto final a pagar. Según Salvochea, además de que hay diferentes criterios para fijar las multas (por la no entrega de certificados laborales, empleo irregular, falta de aportes, etc.), ocurre que suelen agregarse ítems no remunerativos a la liquidación final, como premios mensuales o anuales o gastos de celular, cochera, clubes, etc.
Según los especialistas, hoy los juicios suelen ser por montos elevados (entre 20.000 y 50.000 pesos) y la estrategia de los empleadores no es intentar ganar, sino obtener una rebaja en la indemnización. Esto último es convalidado por los jueces, que suelen conceder sumas más bajas porque a veces los pedidos están "inflados".
Por otro lado, las empresas tampoco tienen certeza jurídica con los acuerdos de despidos: aunque hayan sido homologados por el Ministerio de Trabajo o algún juzgado, muchas veces son declarados inválidos porque se consideran despidos encubiertos.
Fuente: Clarín.com